Rafa Juan │Gente con escuela
Mucho se habla sobre la importancia de la felicidad del equipo. Algunos expertos en gestión de personas dicen que nos encontramos en la era del empleado. Yo, sinceramente, creo que por fin nos hemos dado cuenta de que necesitamos a nuestra gente ‘enchufada’ a la corriente de las ideas y las buenas vibraciones si queremos generar impulsos eléctricos que nos lleven a destinos ilusionantes.
El lema “poner al cliente en el centro” ya no solo habla de nuestros consumidores sino también de nuestro primer prescriptor que es nuestro empleado, cómplice y parte fundamental del éxito del proyecto. ¿Qué sería de nuestros retos y nuestros logros sin las personas que los plantean y los alcanzan?
Los líderes ya no son los que prometen incentivos, a cambio de resultados. Los líderes son los que demuestran el movimiento andando. Quienes saben guiar entendieron ya que la organización es cada vez más plana y las decisiones están más participadas, por lo que la gratificación tampoco es ya una cuestión tan fácil de tangibilizar como se entendía en los departamentos de RRHH del siglo XX.
Inspirar, impulsar, accionar, fomentar, acompañar, generar, innovar y fascinar, son verbos que están muy por delante en la cadena de liderazgo (que no de mando) de otros como dirigir, pautar, indicar, moderar, influir o convertir. Sobre todo, si basamos el éxito de nuestro equipo en la capacidad de imaginar-proyectar-alcanzar.
Lo que acciona el movimiento ya no es la contraprestación personal, sino el estímulo colectivo. Parafraseando a Xavier Marcet, ‘liderar para servir y no para servirse’.
Equipos felices, empresas más competitivas
En Vicky Foods llevamos mucho tiempo focalizando la cultura de nuestra empresa en el bienestar del equipo, con pequeñas pautas que han significado grandes cambios. Algunas de ellas tan importantes como las decisiones que nos han llevado a nuevos mercados. Porque los lugares no solo existen en los mapas físicos, también en nuestros esquemas mentales. Si quieres llegar a los lugares más emocionantes, no te olvides de:
- Apreciar el trabajo de la gente. Los empleados que son reconocidos por su trabajo a lo largo del día son también agradecidos con la empresa.
- Valorar lo que funciona. Podemos hacer una lectura de descarte y señalar siempre el error o un ejercicio de agradecimiento y significar los aciertos del equipo.
- Fomentar la creatividad. Hacer y dejar hacer es importantísimo. Lo primero, como ejemplo, y, lo segundo, como oportunidad.
- Reformular las relaciones entre los empleados. Una relación sana produce bienestar y reduce al mínimo las fricciones diarias en equipos que se esfuerzan al máximo. Preguntarse por las relaciones interpersonales es muy humano, como el trabajo que realizamos cada día.
- Practicar la gratitud. Incluso ante el fracaso o los problemas porque de ellos extraemos los aprendizajes más importantes.
Rafa Juan es CEO de Vicky Foods y ha participado en masterclass y experiencias empresariales en nuestra escuela.